En Oaxaca se han registrado dos casos visibles de brutalidad policíaca, uno de ellos ocurrido en Acatlán de Pérez Figueroa, en la Cuenca del Papaloapan y el segundo de ellos en San Pablo Huitzo, en los Valles Centrales.
Ambos sucesos se registran contra jóvenes por parte de policías municipales.
En Acatlán el 9 de junio es asesinado Alexander de 16 años de edad, estudiante y entusiasta del deporte, jugaba futbol.
En Huitzo aunque los hechos apenas se conocen, el pasado 6 de mayo los hermanos Diego y Jaciel de 20 y 19 de edad, respectivamente, son detenidos, golpeados y torturados por policías y particulares, arrojados a un barranco donde el primero pierde la vida y el segundo termina severamente lesionado.
Ambos sucesos comienzan hoy a tomar relevancia en las redes sociales, pero también entre grupos juveniles que reclaman justicia para las víctimas de esta terrible violencia.
Por supuesto no son hechos aislados, son parte de la guerra contra el pueblo y el terrorismo de estado que se ha impuesto desde hace al menos 14 años en México.
Manifestamos nuestra solidaridad con las víctimas y nos sumamos a la exigencia de justicia.
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